05 enero 2009

Santa Lucía

Hace justo un año atrás, en Enero de 2008, mi pareja tuvo un sueño muy extraño.
Soñó que estábamos por viajar a Uruguay y estando en la oficina de migraciones, a punto de cruzar la frontera, la oficial le decía:
- Pero mira que también tienes este otro hijo, si lo quieres pasar tienes que nombrarlo.
- Es mío?, preguntaba ella.
- Claro, es tuyo, respondía la oficial, pero si no lo nombras no puedes pasarlo.
- y..., no sé que nombre ponerle
- Pero ... lo quieres llevar?
- Claro que sí, pero no se que nombre ponerle ahora mismo
- Pues entonces le ponemos Iperba. Y listo.

Todo el sueño era muy extraño. O no.

Desde el mismo momento en que tuvimos nuestra primera hija (yo tengo otros dos varones de mi matriomonio anterior), mi pareja tuvo el deseo de tener un segundo, y casi no hubo día en que no insistiera en ello. Para ella era un deseo fundante, una asignatura importante sin cumplir, una forma de terminar de construir La Familia.
Yo, ya muy cerca de los cincuenta, consideraba que la de los pañales y los chupetes era una etapa terminada.
Iperba no era un nombre común para darle a un niño. Ni siquiera parecía un nombre. La tecnología ayuda en estos casos y , recurriendo a Google, nos encontramos con la primera sorpresa: Iperba es la sigla del Institulo Perinatal de Bahía, en San Salvador de Bahía, Brasil.
Apenas si existía por ese entonces un par de videos en YouTube que hacían mención a dicho instituto y pude a través de ellos contactarme con una persona que allí trabajaba y me acercó algo más de información sobre ese lugar: una maternidad en el norte brasilero, con una forma de trabajo que ha merecido premios internacionales.
Un poco en broma, un poco en serio, nos propusimos viajar en Julio a Bahía, disfrutar las playas del nordeste brasilero y conocer Iperba.

El viaje a Bahía en Julio se pospuso sobre todo por motivos económicos. Entre los vuelos y el hospedaje se conformaba una factura de dificil cancelación y, justo es decirlo, yo no quería andar persiguiendo sueños y señales a ese costo.

A fines de Agosto cumplí 49 años y sucedieron algunas cosas. Me di cuenta que me sentía mejor que a los 39, más sano físicamente, mas 'inteligente' desde la madurez que da la experiencia. Y me di cuenta que hay discusiones en la pareja que no pueden zanjarse en un justo término medio. No es la temperatura de la calefacción en el invierno, ni el lugar donde iremos de vacaciones este verano, ni quién lava los platos esta noche.

Un hijo se tiene o no se tiene. Y si en la pareja hay dos deseos fuertes y encontrados al respecto, uno de los dos integrantes va a sufrir, y mucho. Y yo no quiero que ella sufra.
Al contrario, nuestra pareja está basada en propiciar la felicidad del otro, en estar pendiente del deseo del otro, en disfrutar su placer. Y yo podía no tener el deseo de un nuevo hijo, pero tampoco es algo que no me gustara, adoro los chicos, he disfrutado el milagro de cada uno de mis tres hijos, me han hecho mucho más feliz que lo que yo les he podido dar a cambio.

Para mediados de setiembre nuestra hija de 4 años nos confirmaba cada día que estábamos embarazados. Es notable la sensibilidad que tienen los niños al respecto. Las comprobaciones médicas fueron posteriores. Ahora sabemos que estamos esperando a una nena, con fecha probable de parto para la primera semana de Junio del 2009.
Para Navidad, María José me propuso llamarla Lucía. Para ella es un nombre asociado a una Santa. Para mi, es un lindo nombre que tiene el plus de traer al mundo a alguien con una canción propia, gracias a Joan Manuel Serrat (Vuela esta canción para tí Lucía, la mas tierna historia de amor que tuve y tendré...)



Hace unos días nos vinimos de vacaciones a un complejo de cabañas sobre la playa en Uruguay. En migraciones no tuvimos problemas, nuestra hija ya estaba nombrada.
Cada cabaña tiene un nombre propio en este complejo.
La nuestra, no podía ser de otra manera en esta historia, se llama Santa Lucía

2 comentarios:

Administracion dijo...

Hola!

Tienes un Premio en "Somos Mamas"

Besos !!!

http://somosmamas.blogspot.com/2009/01/premios-somos-mamas.html

Anónimo dijo...

Te amo mucho y al lado tuyo soy muy pero muy feliz :o)). Marijó